Aloe Vera 10.000mg

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En el ámbito de las plantas medicinales y de los complementos nutricionales que provienen de dichas plantas medicinales, el nombre «aloe vera» es equivalente a Aloe barbadensis. Algunas personas escriben “Miller” a continuación de Aloe barbadensis.

Veamos qué significa esta denominación.

Los vegetales, que es el tema que nos ocupa, se denominan mediante un «sistema binomial» que instituyó Linneo en su obra Species Plantarum en 1753. Linneo creó un sistema de clasificación y nomenclatura para los seres vivos. Tan magna obra sigue siendo respetada en los ámbitos científicos.

La designación binomial es el tramo final de una larga secuencia de nombres de táxones o categorías taxonómicas, entre los que se encuentran principalmente, pero no únicamente: reino, orden, familia, género y especie.

Cuando decimos «aloe vera» estamos utilizando el nombre común de un vegetal del género Aloe que presentan unas características concretas que van indicadas o asociadas al calificativo del género, por eso «califica» al género. En este caso, al nombre común aloe vera le corresponde, en términos botánicos la designación «Aloe barbadensis» , donde el género es Aloe y el calificativo del género es barbardensis. Por ello, decir «aloe vera» es equivalente, en términos botánicos, a decir «Aloe barbadensis». La palabra «vera» hace referencia a «verdadero». El calificativo «barbadensis» se refiere al aloe de Barbados. El aloe vera también se conoce en algunos lugares como «sábila», que igualmente, es un nombre común.

En el caso del género Aloe existen distintas especies en el mundo. Pero, en el ámbito de uso terapéutico, sólo se usan 3-4 especies que están verificadas por su calidad y por la cantidad de principios activos. En oriente o el sur de África, por ejemplo, se usa más la especie «Aloe ferox» que no se llama en término comunes aloe vera, sino «aloe del cabo».

¿Y qué pinta Miller? Miller no es parte del nombre científico. Miller es el nombre de la persona que registró la primera o bien última actualización de la descripción de la especie. En el caso de Aloe barbadensis, fue Miller quien primero describió la especie, por ello puede figurar tras el nombre botánico. Cuando una especie fue descrita por Linneo, detrás de su nombre botánico aparece L. No se pone el nombre completo pues ya sabemos que fue Linneo. En el caso de que una especie sea revisada o requiera una nueva caracterización que de verdad aporte algo diferencial, los científicos añaden su nombre, respetando siempre si Linneo la describió en su obra. Linneo, el pobre, como es de sobra conocido, se ha quedado en (L.), ele punto… Este sistema de atribución es algo así como los derechos de autor de la descripción, y nos permite encontrar la descripción detallada de un vegetal. Es más… si afinamos los datos habría que indicar en qué obra y en qué año se publicó la descripción. Volviendo a Linneo, se sabe que la obra fue Species Plantarum, 1753 y se abrevia como Sp. Pt. (1753)

En definitiva «Miller» escrito detrás de barbadensis no indica que sea un mejor o peor aloe… Puede gustarnos escribirlo pero, de hecho, no es obligatorio al hablar de especies y de sus acciones escribir en las obras, el nombre de quien la describió. Si acaso, sólo en el título inicial de la descripción, pero no en los textos explicativos. Otro ejemplo sería el que se indica a continuación: no escribimos: Rosmarinus officinalis L. Escribimos Rosmarinus officinalis, que es el sencillo romero. Con vegetales como el aloe vera no ha lugar a confusión con el nombre común. Sin embargo, con otros vegetales sí conviene usar el nombre de la especie pues los nombres comunes pueden variar de un lugar a otro y puede llevar a errores a la hora de elegir una especie. Este hecho es relevante cuando se eligen vegetales denominados en idiomas muy distintos al nuestro. El nombre en latín no falla.

Todos los científicos respetamos esta nomenclatura binomial. Y en el caso, de que dentro de un tiempo yo descubra una característica del aloe vera (Aloe barbadensis) que sea realmente destacable y diferenciadora entre especies: yo registraré la identificación para que toda la comunidad científica la conozca, he de guardar varios ejemplares en distintos herbarios del mundo como referencia; no podré inventarme un nombre, sino sólo añadir el mío al final así, por ejemplo: Aloe barbadensis (Miller) Lorite. Escrito así: entre paréntesis el autor descriptor anterior. Por cierto, como insisto con mis alumnos y editoriales: el género se escribe con mayúscula y el calificativo en minúscula; además, como es latín, el nombre de la especie (género y calificativo del género) ha de ir en cursiva o subrayado.

En resumen:

Si alguien tiene dudas sobre si cuando se escribe aloe «vera» que no sea un buen aloe, que tenga en cuenta que es «Aloe barbadensis». Se explica así: género, Aloe; especie, Aloe barbadensis. Y si no pone Miller, no es un error, simplemente, no es obligatorio. Cosas de la nomenclatura que nos ayudan a comunicarnos mejor.

Profesora Dra. Nuria Lorite Ayán: Dra. en Farmacia, especialista en Bioquímica y en Bromatología y Alimentos. Lic. en Medicina Tradicional China, Especialista en Fitoterapia, Nutrición Ortomolecular, Fundadora de Biloba. Elegida como una de las Mujeres Líderes en Cuidado de Salud.

> Porciento de antraquinonas en el Aloe Vera.

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