Importancia de los nutrientes en el Bienestar Oral

Durante mucho tiempo se ha promulgado que “La Salud Oral es parte de la Salud General”. De hecho, la mala salud oral puede influir en la salud general, mientras que la mala salud general puede tener un impacto en la salud oral.

La gravedad de algunas afecciones orales también se ve influenciada por la respuesta de cada organismo, que está vinculada al funcionamiento de sistemas corporales sub­yacentes. Por ejemplo, la enfermedad periodontal puede aumentar severamente en los casos de diabetes no contro­lada y el bruxismo severo puede indicar estrés y ansiedad. Estas situaciones pueden requerir un enfoque integrado, que involucra al médico de cabecera del paciente.

Esquema de Antioxidantes neutralizando radicales-Lamberts Española  

La ingesta oral puede ser a través de la dieta y/o suplemen­tos dietéticos. La ingesta dietética es siempre la mejor op­ción, pero los suplementos pueden ser un complemento útil durante los períodos de estrés o cuando existen signos y síntomas de una salud dental deficiente.

Por ejemplo, se ha encontrado que una suplementación de amplio espectro de múlti-vitaminas y minerales ayuda a atenuar el aumen­to de la inflamación gingival y de la proteína C- reactiva en suero como resultante del estrés -fallos en la alimentación dietética y prácticas de higiene oral.

Por lo tanto la ingesta óptima de todos los nutrientes es esencial durante toda la vida.

Gran parte de la investigación sobre micronutrientes en la salud oral se centra en enfermedades degenerativas como la gingivitis y la enfermedad periodontal (EP). La gingivitis y la EP son extremadamente comunes en la población.

¿Por qué focalizarnos en los nutrientes?

El desarrollo en salud oral se refiere principalmente a la hi­giene oral, control de la dieta y el uso adecuado de flúor, con consejos adicionales sobre el tabaquismo y el consumo abusivo del alcohol.

La desnutrición compromete la respuesta inmune oral y los cambios inflamatorios intensifican el daño oxidativo al tejido oral. La certeza de la efectividad de la vitamina C es convincente en relación con la enfermedad periodontal y la protección contra el cáncer oral, pero la convicción en los otros nutrientes ahora está empezando a aumentar.

En la EP, los tejidos gingivales, el ligamento periodontal y el hueso alveolar están sujetos a importantes daños del ata­que oxidativo. Tal daño oxidativo, junto con la inflamación asociada, puede ser limitado por los sistemas de defensas antioxidantes del cuerpo, si funcionan adecuadamente. Por lo tanto, los antioxidantes no sólo reducen el daño oxidati­vo, sino que también son anti-inflamatorios.

Los antioxidantes claves incluyen la Co-enzima Q-10, las vi­taminas A, C y E, los minerales Zinc y Selenio, además de una serie de compuestos bioactivos de plantas, en particu­lar los polifenoles. Ciertos nutrientes, tales como la curcu­mina y el omega-3, tienen un papel que desempeñar en la modulación de estos procesos y reducen las inflamaciones no deseadas.

La salud ósea es fundamental para la salud oral: los estu­dios han demostrado una asociación entre la baja densidad ósea en sitios no orales, baja densidad ósea alveolar y pér­dida de los dientes; y que la baja densidad ósea puede ser un factor de riesgo para la EP.

Un amplio rango de micronutrientes son importantes para la óptima salud ósea. En particular, el calcio y la vitamina D son esenciales para el normal desarrollo y mantenimien­to de dientes y del hueso circundante; y se piensa que su suplementación combinada reduce el riesgo relativo de fracturas no vertebrales en un 18%. El aumento de la pro­porción de magnesio y el calcio a través de los suplementos de magnesio ha demostrado que reduce la profundidad de sondaje y otros marcadores de EP.

Cada vez es más evidente la importancia de la Vitamina K en la salud ósea. Tanto K1 como K2 son importantes para mantener los huesos fuertes durante toda la vida.

Aunque el uso de antibióticos se reduce al mínimo en la odontología moderna (debido al creciente problema pú­blico de salud por la resistencia microbiana), estos medi­camentos se prescriben todavía en ciertos casos graves de infección dental u oral.

Los estudios indican que ciertas cepas de probióticos pue­den ayudar a combatir los efectos secundarios potencia­les que se producen por caídas en los niveles generales de bacterias intestinales (“amigas”), efectos inducidos por los antibióticos.

Referencias:

Profesora Emérita Sonia Williams MBE, BDS, PhD, MDSc, DDPH, FFPH, RNutr.

Bibliografía disponible a través de: departamentotecnico@lambertsespanola.es

Autor: Lamberts Española.

Exención de responsabilidad: La información anteriormente descrita es sólo para fines informativos, por tanto no intenta influir, diagnosticar ni reemplazar el consejo, tratamiento médico o del profesional de la salud. Se basa en estudios científicos (humana, animal o in vitro), la experiencia clínica, o el uso tradicional, como se cita en cada artículo. Los resultados reportados no necesariamente pueden ocurrir en todos los individuos. No se recomienda el auto-tratamiento para condiciones que amenazan la vida que requieren tratamiento médico bajo el cuidado de un médico. Para muchas de las enfermedades que se describen el tratamiento con prescripción o medicamentos de venta libre también está disponible. Consulte a su médico y/o farmacéutico para cualquier problema de salud antes de utilizar algún suplemento/complemento alimenticio o de hacer algún cambio en los medicamentos prescritos.

Otros artículos que pueden interesarle: El mal aliento