Breve Historia del GinkGo Biloba

Breve historia del Ginkgo biloba, un árbol originario de China que está considerado como un fósil viviente. Con una antigüedad fechada en millones de años, y de estructura no muy evolucionada pero muy fuerte que le ha permitido resistir el paso del tiempo y las tremendas inclemencias a que se ha visto sometida la especie. 

El Ginkgo biloba es un árbol originario de China que está considerado como un fósil viviente. Su antigüedad se fecha en millones de años.

Es un vegetal de estructura no muy evolucionada pero muy fuerte que le ha permitido resistir el paso del tiempo y las tremendas inclemencias a que se ha visto sometida la especie. 

Se encontró en los jardines palacios de los gobernantes y emperadores como árbol precioso cuidado y reservado para las familias poderosas. Se trajo a Europa durante el siglo XVIII como árbol ornamental y se conservó en jardines, observándose su capacidad para resistir la  contaminación en las ciudades y las inclemencias de los factores atmosféricos adversos. De hecho, hay informaciones que cuentan que resistió las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

Además de otras maravillosas virtudes, sus semillas tienen la capacidad de tonificar la «Sustancia Basal de Riñón, la Esencia» que tenemos conservada cada uno de nosotros, un concepto propio de la medicina china que refiere a aquello que nos permite desarrollarnos como seres humanos, pero también como seres individuales, únicos. Por eso se dice que el Ginkgo biloba puede “alargar
la vida”.

El Ginkgo biloba es una especie dioca, quiere decir que existen ejemplares masculinos y femeninos. Su hoja madura está formada por dos lóbulos perfectamente simétricos, por eso el calificativo del género: biloba.

Podría decirse que el Ginkgo es una representación de la fortaleza que existe en la unión y en el equilibrio entre Yin y Yang, opuestos y complementarios. Cuando llegó a Europa, aquí se empezaron a emplear sus hojas por su capacidad de “mejorar la memoria” y “hacer llegar la musas”, por eso fue muy empleado por artistas, escritores, etc.

 

Aquí reproducimos un poema de J. W. Goethe en el que habla del Ginkgo biloba como representación de sí mismo. El poema fue escrito para una amante y el 15 de septiembre de 1815 en el manuscrito original, escrito unos días antes, pegó unas hojas de Ginkgo.

 

«Hoja de árbol del este,hoja del Ginkgo
que a mi jardín se confía,
secreto sentido ofrece,
como al sabio edifica.

¿Es un sólo ser vivo,
que en sí mismo se divide?
¿Son dos que se han elegido,
que tal uno se percibe?

Si respondo a esas cuestiones
creo que el buen sentido doy,
¿no sientes en mis canciones
que yo uno y doble soy?».

esas cuestiones
creo que el buen sentido doy,
¿no sientes en mis canciones
que yo uno y doble soy?».

Autor/a: Dra. Nuria Lorite-Ayán: Doctora en Farmacia, docente e investigadora especialista en inmunomodulación y sistema de control central, nutrición complementaria, fitoterapia y medicina integrativa.

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